Masso y Lobo Bugeau realizarán un acto en la Casa Histórica

El legislador de Libres del Sur junto al ex secretario de derechos humanos de la provincia Bernardo Lobo Bugeau y la lic. Yanina Muñoz, referente del movimiento de mujeres Mumalá, encabezarán un acto en el Museo Casa Histórica a las 16 horas al conmemorarse el 205 aniversario de la declaración de la independencia argentina.

La convocatoria fue acompañada de una declaración política que convoca a unir al progresismo tucumano para sortear la grieta que divide al país rumbo a las próximas elecciones legislativas. 

A continuación se traduce la declaración firmada por los convocantes al acto:

1816 - 9 de Julio – 2021: el país de nuestros próceres y la grieta actual

El 9 de Julio 1816 el Congreso de Tucumán, en una situación muy difícil para la patria, nos declaramos independientes de España y de toda dominación extranjera. Era el sueño de aquellos hombres y mujeres que vivían en esta tierra y el principal legado que dejaron para las generaciones venideras. Pero eran también su aspiraciones construir un país mejor: de progreso para sus habitantes (y para quienes  quisieran habitar su suelo, agregaron generosamente años después). Así pensaba Manuel Belgrano, que proponía proteger las artesanías e industrias locales. Mientras que la braveza libertaria del General San Martín, siendo gobernador de Cuyo y preparando la gesta de Los Andes, agregaba advirtiéndonos sobre el valor de la educación: “La biblioteca de la educación universal es más poderosa que nuestros ejércitos”.

Sin embargo, 205 años después de aquella epopeya, donde a diferencia de la mayoría de la dirigencia actual, nuestros próceres arriesgaron sus bienes y sus vidas por el sueño colectivo; vemos nuestra nación retroceder en medio de una angustia generalizada. Retroceso que hoy se agrava por esta terrible pandemia a que asistimos en todo el planeta, pero que viene innegablemente de mucho más atrás. Nuestra historia desde 1816 a la fecha ha sido siempre compleja y conflictiva, por la sistemática injerencia de las potencias foráneas y también por nuestros problemas internos. Pero aun así, los argentinos fuimos capaces de ir gestando en el tiempo, con idas y vueltas, un camino de crecimiento y avances sociales.

Sin embargo desde 1976 en adelante eso fue cambiando. Llevamos más de cuatro décadas de decadencia del país; afectándose como consecuencia las condiciones de vida de las mayorías populares. Desde 2011 a la fecha nuestra economía se ha estancado y ha retrocedido la producción por habitante a la que teníamos a principios de los años ‘90. La inversión productiva se derrumbó a la mitad de la que necesitamos, y el ahorro nacional se ha retrotraído a 1995. La pobreza y la indigencia son diez veces mayor a las que teníamos a mediados de los años setenta; hoy extendida al 50% de nuestros compatriotas. De tener pleno empleo, en su mayoría en blanco y con la seguridad social correspondiente, en los años ’80, pasamos a tener la mitad de la población en edad laboral en la informalidad o desocupada; y desde el año 2008 no se genera empleo en el sector privado. Nuestras exportaciones están por debajo de las de hace una década. La industria retrocede sostenidamente. Y todo este drama nacional y social debemos agregar el deterioro de la educación pública, que veda toda la movilidad social ascendente que supimos tener: al contrario asistimos de al descenso sostenido de la clase media, cuyos hijos/as se van del país cuando pueden. Como así también de las familias trabajadoras, que se vuelven pobres aun teniendo empleo. Crecen los cinturones de pobreza alrededor de las grandes ciudades y ahora también de las medianas. Aumentan allí el hacinamiento, la falta de oportunidades y la marginalidad. El delito y la inseguridad son crecientes.

Esa es la Argentina que hoy tenemos. ¡Que disgusto tendrían los patriotas de la independencia si la vieran! Qué lejos se sentirían San Martín y Belgrano de los festejos vacíos de nuestras actuales autoridades! Acusándose unos a otros, sin ninguna autocrítica.

Superemos la grieta y construyamos una opción política para la nación que ellos soñaron

La crítica situación que atravesamos no vino sola ni cayó del cielo. Podemos hablar de la dictadura, de Menem y De la Rúa y su modelo neoliberal como gestores importantes de lo que hoy nos sucede. Pero también del 2011 para acá gobernaron Cristina Kirchner, Mauricio Macri y, ahora, Alberto Fernández. En ese período la decadencia y los problemas solo se agudizaron.

Claramente por el camino de las dos fuerzas políticas que protagonistas de la Argentina en los últimos años, los resultados fueron los mismos: más desocupación y pobreza, menos servicios públicos de calidad, más estancamiento, más inseguridad.

Es tiempo de refundar la patria y cumplir el mandato que nos viene del fondo de la historia: construir para las generaciones futuras una nación mejor. Un país que vuelva a crecer, con equidad y  trabajo, con educación, justicia y movilidad social ascendente. Que les de futuro a las y los jóvenes, que los entusiasme y los afinque en la tierra que los vio nacer.

Eso no lo pueden hacer los que representan la grieta política y fracasaron, pero continúan insistiendo con más de lo mismo sin ninguna autocrítica, como si nada tuvieran que ver. Para salir de esto hay que Construir una opción superadora, que una nuestros ciudadanos de bien y bregue por una nación independiente y para todos. Con valores y con una dirigencia política honesta, comprometida con los problemas reales de nuestra sociedad, de cara a la gente.

Es tiempo de unir al progresismo y a todos los sectores sociales, del trabajo, la producción, la política, los derechos humanos, la cultura y a todas las fuerzas del quehacer nacional y provincial en una nueva Opción Política que honre a nuestros héroes nacionales construyendo el Tucumán y la Argentina que ellos soñaron. A eso convocamos este 9 de julio, a 205 años de la Declaración de nuestra  Independencia.